Por: Mariano Carpineti
La caída del valor del dólar “blue” y de la magnitud de la brecha cambiaria, no es gratis para la economía. La estrategia oficial parece ser ceder en el mercado oficial dólares para atesoramiento, sacrificando reservas y reponiéndolas con swaps, como el firmado con China, y otros ingresos puntuales.
Actualmente la estrategia elegida por la autoridad monetaria de enfriar la brecha cambiaria, en parte, vendiendo US$ 450 M, parece no estar dando los resultados esperados. De hecho, de acuerdo a datos del mercado, en el mes de octubre del corriente año se vendieron US$ 448 M, frente a los US$ 379 M correspondientes al mes previo, y en lo que va de noviembre el BCRA vendió US$ 139 M.
La pregunta que hace el mercado es si esta “virtual” tranquilidad del tipo de cambio nominal será sostenible en el tiempo y si los desequilibrios que éste presenta se incrementarán en el futuro. Una posible respuesta a esta pregunta puede surgir de analizar en qué difiere el mercado cambiario de enero de 2014 – cuando la presión sobre el tipo de cambio era importante – con el actual.
En primer lugar, analizando la fuente de divisas comercial del mercado de cambio se observa que el superávit comercial se expandió en el período analizado. Sin embargo, este incremento no se dio como consecuencia de una suba en las exportaciones sino por las trabas a las importaciones: en lugar de generarse divisas genuinas, el excedente surgió por ahorro de las mismas.
En el mismo sentido se debe analizar si el país recibió dólares en concepto de servicios, turismo e inversión extranjera directa, entre otras fuentes de divisas: nuevamente la respuesta es negativa, ya que los indicadores muestran que las transacciones correspondientes a los conceptos mencionados descendieron.
De esta forma, con los datos analizados se observa que desde enero a la fecha se verifica un cambio en la composición de gasto de divisas: más dólares destinados a atesoramiento y menos a turismo. Asimismo también hay menor ingreso en concepto de inversión directa.
Por lo tanto, en este contexto no existen datos concluyentes que anticipen un cambio en el mercado cambiario que indiquen que el BCRA dejará de vender permanentemente dólares y comenzará a comprar. La única opción que maneja la autoridad monetaria para incrementar la oferta de dólares que le permita al mismo tiempo aumentar el stock de reservas internacionales, es un ingreso futuro de dólares por parte de las petroleras con intenciones de invertir en “Vaca Muerta”, la venta de granos al exterior – siempre que los sojeros encuentren incentivos económicos y/o fiscales – la licitación de 4G que está por realizarse y alguna colocación de deuda que el Tesoro Nacional pueda realizar con posterioridad a la solución de los holdouts.
La razón por la que el banco central no vende el nivel de dólares que vendía previo a la devaluación de enero de 2014, es por el impedimento a los importadores a comprar dólares para liquidar las mismas.
De esta forma, la “tranquilidad” actual del mercado cambiario se encuentra más ligada a razones puntuales y/o forzadas políticamente por el BCRA, que por cuestiones estrictamente del mercado cambiario.