Por: Ruben Ullúa
Hacia mediados del mes de septiembre del pasado año 2014, justamente en momentos en que la bolsa local no paraba de crecer en términos de pesos, cuando buscaba acompañar la escalada alcista que tenía el dólar marginal y alcanzaba en dicha oportunidad valores históricos de 16 pesos, a pocos días de que se oficialice la renuncia de Juan Carlos Fábrega a la Presidencia del Banco Central de la República Argentina, escribíamos desde esta misma columna una nota que titulamos: Mercados “salvajes”, controlar emociones. En ese espacio advertíamos que el mercado local había ingresado en una fase emocional alcista, de la cual había que tener mucho cuidado al momento de tomar decisiones, porque las condiciones podían cambiar de un momento a otro. Tras ello, los mercados ingresaron en una baja muy fuerte hacia el último trimestre del año.
Esta vez, pero en un contexto distinto, impulsado por fuertes bajas de mercados internacionales, nos vemos obligados a hacer un nuevo llamado a controlar las emociones.
En efecto, Black Monday o “Lunes Negro” ha sido sin lugar a dudas la frase del inicio de la presente semana. Todos los medios de noticias del mundo reflejaron por medio de esta frase lo que se vivió en las diferentes plazas financieras del mundo, las cuales reflejaron caídas porcentuales de gran magnitud en la sesión pasada, que por cierto deben acumularse a las pérdidas sufridas a la semana anterior.
Las redes sociales tampoco quedaron exentas de lo ocurrido, al punto que #BlackMonday ha sido tendencia mundial durante gran parte del día en Twitter y lo mismo ocurrió con la palabra “Wall Street”, que ha sido tendencia en Argentina durante gran parte de la jornada.
Pero, ¿de dónde proviene este concepto de Black Monday o “Lunes Negro”? Si bien es verdad que ayer fue lunes y los principales mercados financieros del mundo sufrieron bajas considerables, también es verdad que esta frase ya había sido escuchada en otra oportunidad.
Básicamente, cuando se hace referencia al “Black Monday”, se recuerda aquel 19 de octubre del año 1987, cuando también las principales bolsas del mundo ingresaron en una baja tipo pánico que se vio reflejada en Wall Street, con una pérdida que alcanzó el 22 % para el principal índice Dow Jones.
Aunque en esta oportunidad los porcentuales de baja han sido muy inferiores, ya que el índice terminó la jornada perdiendo un 3,5 % respecto a su cierre anterior, nadie discute que ha sido una jornada de mucho nerviosismo e incertidumbre, de la cual resulta muy difícil poder extraer conclusiones concretas.
Bien podríamos en la presente nota explicar varios de los motivos por los cuales se habrían dado estas fuertes bajas bursátiles, sin embargo creemos que de poco le serviría al lector, ya que su principal incógnita pasa por lo que vendrá.
En este sentido, pasaremos a destacar algunos parámetros técnicos que debería tener presente el inversor para estar pendiente a lo que esperable en las próximas jornadas e incluso en las próximas semanas.
Partiendo del análisis del índice Dow Jones, vale recordar que este índice ha venido arrojando a lo largo de los últimos años rendimientos alcistas bastantes interesantes, que muchos aducían a la política de estímulos que impulsó la Reserva Federal de Estados Unidos. Es así como el índice, que hacia comienzos del año 2009 registraba niveles de 6440 puntos, tras las fuertes caídas sufridas por la crisis sub-prime, en el presente año y más precisamente hacia el pasado mes de mayo, alcanzó registros históricos de 18.350 puntos.
En todo este desarrollo alcista de los precios, el índice tuvo dos grandes interrupciones, la primera que fue en el año 2011, cuando se inició la crisis de Europa y solo en cinco meses perdió un 20 %. Luego la actual, que nace en máximo histórico de 18.350 puntos y hasta el momento arroja una pérdida del 16,2 %.
Nuestra lectura técnica de esta baja en desarrollo es que esta sería solo de carácter correctiva y que por el momento no forma parte a un cambio de tendencia de mediano a largo plazo para este mercado y menos aún del inicio de una crisis mayor para los mercados mundiales. Por ello, creemos, de hecho, que en la medida en que la caída en curso pueda mantenerse dentro de los parámetros de magnitud de la baja del 20 %, mencionada previamente y que fuera vista en el año 2011, entonces bien podríamos también considerar que se trata de una corrección armoniosa al comportamiento de avance en fuerza desde el año 2009 y, por lo tanto, más allá de que podamos esperar mayores días de nerviosismo, en términos generales, las bajas más importantes ya se habrían visto durante las últimas sesiones.
En efecto, identificamos la zona de mínimo alcanzadas hasta el momento por el índice Dow Jones, en torno a los 15.500-14.500 puntos, como el principal soporte y contención a la corrección en desarrollo. Si los precios logren sostenerse por encima de esta zona, aun cuando la volatilidad en el mercado sea importante, creemos que finalmente desde estas instancias nuevamente los precios podrían retomar la senda alcista en vista a lo próximos meses, inicialmente buscando recortar parcialmente las pérdidas desde los máximos de mayo pasado o bien buscando regresar hacia esas instancias.
Creemos actualmente que solamente en caso de que la debilidad del mercado estadounidense continúe y ante ello el índice Dow Jones perfore la zona de soporte en torno a los 14.500 puntos, esta caída en curso pasaría a tornarse mayor a la observada durante la crisis europea en el año 2011 y, ante ello, podríamos entonces sí asumir un escenario de baja mucho más importante para este mercado; evento que estará anticipando seguramente un nuevo escenario de crisis mundial, que no se limitaría a los mercados financieros, sino que se trasladará a las economías de varios países.
El mercado argentino, por su parte, no ha quedado exento del golpe bajista que recibieron las bolsas del mundo. De hecho, el índice Merval perdió tan solo en la sesión del último lunes un 6,3 %. Es que a la incertidumbre aún latente del inversor local respecto a lo que pueda pasar con los resultados políticos de los próximos meses, ahora también se le suma el difícil contexto internacional.
Al igual que mencionamos más arriba para el análisis de la bolsa estadounidense, debemos decir que desde nuestra lectura analítica, esta baja del mercado local sería solo de carácter correctiva y por el momento en nada compromete la tendencia alcista de fondo.
En cuanto a parámetros en pesos, la baja en curso tiene su principal soporte en la zona de 9700-9300 puntos. De sostenerse el índice Merval por encima de esas instancias, bien podríamos considerar la posibilidad de que allí un piso correctivo sea conseguido y el mercado intente recuperar terreno nuevamente, quizás como reanudación a la tendencia alcista de fondo en los precios.
Si este fuera el caso, entonces bien podríamos también considerar que la escalada alcista del dólar paralelo quedaría medianamente contenida por las instancias alcanzadas y desde allí podría recortar posiciones nuevamente, acortando nuevamente la brecha con el contado con liquidación (CCL), que se ha mantenido en instancias de 13,7-13,8 pesos.
Claramente la situación podría cambiar si la debilidad del mercado continúa y ante ello los 9300 puntos de Merval fueran perforados, ya que ello estará liberando caídas mayores en los precios y, ante dicho esquema de estrés, resulta difícil que el dólar marginal, e incluso el CCL, puedan detener la escalada.
Veremos, por lo pronto que el mercado se encuentra bajando, pero siempre dentro de parámetros que no comprometen su tendencia alcista de fondo y ante ello es siempre conveniente poner paños fríos al momento de tomar decisiones, tratando de eliminar lo más posible las emociones y priorizando la gestión.