Por: Carlos Arbia
La reciente licitación del bono Bonad 18, un bono atado al dólar oficial para el cual el Gobierno esperaba mas ofertas que las concretadas, muestra que en la medida que se sigan lanzando esos títulos pero a plazos mas largos, la demanda de los inversores disminuirá. Este bono es emitido en pesos pero atado a la cotización del dólar oficial llamado “Dólar Linked” o “Dólar Seguro” porque incluye una especie de seguro de cambio para sus compradores. Esto demuestra que en la medida que el vencimiento sea más largo, el apetito por comprar esos bonos bajará y también la cotización del dólar oficial implícito. Pero este lanzamiento esconde ademas una especie de bicicleta financiera que utiliza el Gobierno y que ha servido como mecanismo para hacer bajar el valor del dólar en el mercado paralelo o ilegal.
Al ver la evolución del Bonad 16, un bono de las mismas características emitido hace unos días con vencimiento en el 2016, se observa que ese título “dollar linked” ya subió desde los $ 855 en su lanzamiento hasta unos $ 875 pesos en la actualidad. Esto se debe a que su tasa de rendimiento anual cayó de un 1,75% anual al 0,45 %. No caben dudas que un título que este atado a la evolución de la cotización del dólar oficial resulta muy atractivo, pero en la medida que su vencimiento se alargue el interés por comprar ese bono será menor. Esto se debe a que el atractivo para el inversor es una especie de seguro de cambio ante una futura devaluación del peso frente al dólar y una eventual normalización y unificación del mercado cambiario.
Una medida de esta magnitud podría hacer desaparecer o reducir la brecha cambiaria entre el dólar oficial de 8,57 pesos contra el dólar ilegal paralelo blue o “dólar allanado”, como lo llama ahora el mercado financiero por debajo de los 13 pesos en función de las acciones de amedrentamiento que producen en conjunto el BCRA, la PROCELAC y la AFIP en sus constantes inspecciones a entidades financieras y que han paralizado prácticamente las operaciones del dólar contado con liqui cercana a los 12 pesos. Este es el verdadero termómetro para seguir la evolución de un dólar creíble en el mercado financiero
El problema es que en la medida que se estira el vencimiento de un bono del 2016 a otro del 2018 las expectativas de devaluación de uno y otro son diferentes. En particular porque es más probable que el mercado se pueda unificar antes del 2016, con la llegada de un nuevo gobierno luego de las elecciones de fines de 2015, por lo tanto la ganancia mayor será para quien compró de vencimiento más corto que el más largo. La expectativa de los inversores que compraron el Bonad 16 es que luego de la asunción de otra administración desaparezca el cepo cambiario o por lo menos se unifique el mercado y no haya mas brecha entre el ese “dólar asegurado” hoy de 8,75 implícito ya en la cotización del bono atado al dólar y el “dólar allanado” de 13,50.
Si el mercado se unifica, quien compró los bonos atados al dólar oficial se beneficiará ya que este pasaría a cotizar mas cerca del “dólar allanado”que del dólar asegurado, obteniendo una fuerte ganancia en dólares de casi un 40 % con esta especie de nueva bicicleta financiera. Si el plazo de vencimiento de esos bonos se alarga las expectativas de devaluación son más bajas. El Bonad 18, es a 40 meses de plazo y a una tasa del 2,40% anual. También aparece el interrogante si conviene comprar un bono dollar linked o un título nominado en dólares que además se cobrará en dólares a su vencimiento y no en pesos como los recientes títulos emitidos.
Para frenar la suba del dólar en el mercado libre e imponer esta especie de “dólar allanado” sancionado a operadores y casas de bolsa la dupla Kicillof- Vanoli ha vuelto a poner en funcionamiento una nueva bicicleta financiera para favorecer a las empresas y a los bancos. Es que para bajar la presión sobre el dólar blue o ilegal y reducir las tensiones en el mercado en lugar de comprar el dólar bolsa a $ 13,50, los bancos y las empresas optan por un título en pesos actualizado al valor del “dólar asegurado”. Pero con esto el Gobierno no resuelve la causa del problema, que son los desajustes macroeconómicos que provocan la suba de la inflación, la falta de dólares y el déficit fiscal que provoca una fuerte emisión de pesos para financiar el gasto público