Los tres aspectos que explican una futura devaluación del peso

Carlos Arbia

Por lo general, la frase donde decimos que algo está a la vuelta de la esquina es cuando algún acontecimiento está muy próximo a suceder, es decir, algo que va a ocurrir rápido, como podemos señalar una futura devaluación del peso frente al dólar. Por eso, frente a las diferencias que proponen los economistas de los distintos candidatos presidenciales la gran duda en el mercado financiero local y de inversores extranjeros no es si el próximo Gobierno deberá devaluar el peso frente al dólar, sino la magnitud que tendrá esa devaluación. Hay tres aspectos relacionados con el mercado cambiario para explicar por qué hay una alta probabilidad de que el próximo Gobierno realice una devaluación del peso frente al dólar en el mercado oficial de gran magnitud.

El primero es que por primera vez el presidente que asuma el 10 de diciembre próximo encontrará varios tipos de cambio diferenciales, algo que no ocurría desde que Carlos Menem asumió el poder, el 9 de julio de 1989. En ese entonces existían por los menos cinco tipos de cambio diferentes, como el dólar oficial, el financiero, el turista y el paralelo, entre otros, una situación parecida a la actual, pero donde la brecha cambiaria no superaba más del 40 % entre el valor más caro y el más barato, mientras que hoy la diferencia es del 70 %, pero con un mercado declarado ilegal, una diferencia muy importante con respecto a aquella época donde el Banco Central (BCRA) podía intervenir en el mercado cambiario comprando y vendiendo dólares en el mercado paralelo, algo que ahora está impedido de hacer. Por consiguiente, esta situación de desdoblamiento cambiario se debe modificar.

El segundo aspecto se relaciona con el precio del dólar en el mercado de futuros frente al valor calculado por el Gobierno para fin de ese año, en 9,70 pesos, de acuerdo con las minidevaluaciones del BCRA. Este valor está por debajo del dólar futuro de aproximadamente unos 9,90 pesos que se opera en los contratos que se realizan en mercados como el Rofex y el Mercado Abierto Electrónico y considerando que el dólar paralelo, libre o ilegal cotiza a 15,95 pesos. Se observa una situación de atraso cambiario que afecta a las economías regionales que tienen problemas a la hora de exportar al valor del tipo de cambio oficial. En la plaza de futuros de Nueva York, los contratos de dólar en el mercado NDF reflejan apuestas de que el valor del dólar oficial será de 10,55 pesos a fin de diciembre y de 14,65 de pesos en octubre del año próximo. En estos casos se deben considerar las circunstancias locales de un atraso cambiario producto de una alta inflación y un tipo de cambio oficial semifijo, y razones externas, como las devaluaciones de las monedas de países emergentes, en particular Brasil, que podrían obligar al próximo Gobierno a aumentar el ritmo de devaluación del peso para recuperar la competitividad.

El tercer aspecto es el nivel de las reservas del BCRA, que a fin de octubre podrían llegar a unos 28.000 millones de dólares, luego de hacer frente al pago del vencimiento del Boden 2015, si el Gobierno no esgrime antes alguna estrategia financiera para evitar la caída, como hizo hasta ahora con el swap de monedas con China. Ese total de reservas internacionales parece escaso para mantener la actual paridad cambiaria del mercado oficial de 9,40 pesos, comparado con la cantidad de pesos que hay en el mercado. Si comparásemos la vieja relación de convertibilidad entre el total de activos del BCRA y el total de pasivos, ese valor está más cerca de los 15,85 del dólar paralelo o ilegal que del dólar oficial. A su vez, este nivel de reservas estará afectado por la cantidad de dólares ahorro y dólares turista que decida seguir vendiendo este Gobierno a los particulares hasta antes del 10 de diciembre. Desde que se empezó a aplicar este sistema, en enero de 2014, los particulares se han llevado unos 8500 millones de dólares de las reservas internacionales del BCRA a un valor de dólar subsidiado por el Estado que será difícil mantener luego del 10 de diciembre, cuando asuma otro presidente, que al parecer no podrá evitar esa devaluación tan temida que está antes de doblar la esquina.