Por: Diego Rojas
Cada fin de año importa una cierta dosis de felicidad, ya sea genuina o provocada por la convención social. Abundan los brindis, los balances y las celebraciones, las reuniones de amigos y familiares, las salidas. Sin embargo, es necesario recordar que también existen los grinch, esos seres que aborrecen estas fiestas. Algunos de ellos ocupan altos lugares en la Legislatura porteña.
La penúltima sesión del año de la legislatura porteña había acabado en un escándalo. Pasada la medianoche -y cuando finalizaba una sesión maratónica que había comenzado a mediodía- se había puesto a votación la reconcesión de un campo de golf en un área verde de Lugano, que le volvería entregar a un emprendimiento privado 47 hectáreas de terrenos municipales para un negocio que dista de brindar beneficios sociales de ningún tipo (la empresa concesionaria ofrecía brindar cursos de golf a grupos escolares de la zona, una de las más empobrecidas del país). El diputado del Frente de Izquierda Marcelo Ramal realizó una airada intervención en la que denunció no sólo el negocio inmobiliario sino también los intercambios que ofrecen este tipo de emprendimientos con la venia del gobierno de Mauricio Macri, a los que denominó: “asistencialismo inmobiliario”. El diputado del PRO Roberto Quattromano se abalanzó sobre el escaño de Ramal y, según denunciaron varios legisladores que lo rodeaban y cómo se puede escuchar en el video de la sesión, lo amenazó: “La barrabrava te va a romper la cabeza afuera”. El diputado del Frente de Izquierda denunció la situación a sus pares, mientras Quattromano -un hombre que proviene del peronismo de Mataderos y responde al vicepresidente de la legislatura Cristian Ritondo, del PRO- se dirigía a su banca, sin dejar de hacer gestos burlones hacia Ramal. La sesión no pudo terminar. Varios diputados expresaron su repudio a los hechos, a la vez que Quattromano se retiraba de la reunión. Una amenaza violenta acababa de ser realizada por un diputado hacia un par. Se había mentado a las barras bravas. Con los riesgos que ello implica.
Ramal realizó una denuncia penal contra Quattromano por la que el diputado del PRO deberá presentarse a indagatoria y realizó un acto en la puerta de la legislatura en repudio al patoteo. La última sesión del año el PRO decidió no poner a discusión la reconcesión del predio para el campo de golf a sabiendas de que habría sido repudiado en el ente parlamentario.
El PRO contraatacó. Según señala el portal La política Online, la juventud del partido de Mauricio Macri realizó un simpático video en el que se canta una canción burlona sobre Ramal. “Aquí llegó Ramal, Ramal, Ramal, el show va comenzar, ya llegó, ya llegó”, dice la canción cuyo ritmo responde a la famosa cortina musical del show de Carlitos Balá. Los versos de la canción señalan que el legislador del Frente de Izquierda denuncia “pactos PRO-K”, habla demasiado y no vota nada, a la vez que indica que vive como un rey, “como todos los troskos”. Tal vez se deba interpretar que el video resultó un tiro por la culata para el PRO, ya que sólo logró muestras de solidaridad hacia Ramal, a la vez que la canción misma señalaba su coherencia en su rol opositor. Sin embargo, la cosa no quedó allí.
Es una tradición que se entreguen cajas navideñas a los legisladores porteños. Son caras. Tienen buenos vinos y champagnes y algunos productos adquiridos en algún delikatessen. Este año se entregaron, como cada fin de año, a todos los diputados. Menos a dos. A Ramal y a Pablo Bergel, quienes habían sido oradores centrales en el acto de repudio a la patoteada de Quattromano. Cristian Ritondo, vicepresidente de la legislatura, había decidido excluirlos. Se había producido una sanción de Navidad.
El diputado trotskista tiene buen humor. Un humor sarcástico y elegante. Tomó con risa el castigo de la vedada caja de navidad. Marcelo Ramal tiene una larga militancia en el Partido Obrero, una de las organizaciones que conforman el Frente de Izquierda, al que se incorporó durante su adolescencia. Durante la dictadura fue el encargado de centralizar el trabajo con los familiares de los detenidos desaparecidos, lo que llevó a que su partido fuera el único de todo el arco político que marchó con las Madres de Plaza de Mayo en reclamo de la aparición con vida y castigo a los culpables en los duros años de la represión. Luego, jamás abandonó su militancia socialista. En 2013 fue elegido legislador. Frente a los acuerdos del kirchnerismo con el macrismo, se convirtió en uno de los referentes centrales de la oposición al gobierno porteño, hecho que -como se puede comprobar- le valió amenazas. En Navidad, Ramal brindó con los suyos, sin los vinos de la caja navideña del PRO debido a una sanción. Es una linda historia. Las fiestas de fin de año son propicias para este tipo de cuentos con finales más o menos felices, según el punto de vista con que se los mire.