Por: Juan Gasalla
¿Cuánto crece la Argentina? Es una de pregunta casi imposible de contestar. La divergencia entre los índices de inflación oficiales y de consultoras privadas, e incluso de la percepción de precios de los propios consumidores, se trasladó en los últimos meses a datos más abarcadores, como los de crecimiento de Producto Interno Bruto.
Es seguro que el segundo trimestre fue el de mejor desempeño del año para la economía nacional, con el destacado empuje de la cosecha récord de granos (un 20% superior a la de 2012, que había sido consumida por la sequía) y la producción automotriz, animada por las exportaciones a Brasil y la demanda interna.
Pero el viernes el Gobierno informó sobre un extraordinario crecimiento de la actividad de 8,3% en el segundo trimestre del año, nada menos que tres puntos por encima de la estimación privada, de 5,4% según el indicador difundido por legisladores de la oposición en el Congreso. ¿Por qué tanta diferencia? La sobreestimación oficial del crecimiento responde a que la producción de bienes y servicios se mide por precios en una importante proporción: si se toman valores más bajos que los reales, las unidades fabricadas o las prestaciones brindadas deben necesariamente crecer en cantidad para justificar el resultado obtenido.
De este modo, con un 8,3% interanual en el período abril-junio, la Argentina lideró el ránking de crecimiento de las economías emergentes, escoltada por China (7,5% interanual en el segundo trimestre; 7,6% en el primer semestre), Filipinas (7,5% y 7,6%, respectivamente), Indonesia (5,8% y 5,9%) y Perú (5,6% y 5,2%).
Con su tasa de crecimiento oficial “más que china”, Argentina duplicó o triplicó las tasas de otros pares regionales como Colombia (creció 4,2% interanual en el segundo trimestre), Chile (+4,1%), Brasil (+3,3%), Venezuela (+2,6%) o México (+1,5%). Una vez concluido el 2013 habrá que remitirse a países marginales dentro del esquema de la economía global para encontrar registros más espectaculares que los argentinos: se prevé que Sierra Leona podría crecer 19,8% en los doce meses, seguido de Mongolia (+12,3%), Níger (+11,2%) y nuestro vecino Paraguay (+12%), cuya cosecha también fue afectada por la sequía en 2012 y será récord en esta campaña.
Brecha entre datos oficiales y privados
Según el “PBI Congreso”, la actividad económica aumentó 3% interanual en el primer semestre del año. Para el INDEC este aumento fue casi el doble, de 5,8 por ciento. Según la consultora Orlando Ferreres y Asociados, el PBI acumuló en el primer semestre un aumento del 2,8% respecto del período enero-junio de 2012. La estimación es consistente con otra medición privada, la de la fundación FIEL, que pronostica un crecimiento de 2,8% para todo 2013, y 1,3% para 2014.
La diferencia es crucial: si la economía “oficial” crece más de 3,22% a lo largo de 2013, el Estado argentino deberá desembolsar u$s3.800 millones en diciembre de 2014 por la cláusula de pago del cupón atado al PBI. Y si el Gobierno no rectifica sus datos, el arrastre estadístico hará inevitable otro pago del cupón el 15 de diciembre de 2015 (si el crecimiento del año próximo supera el 3,03% anual), apenas cinco días después de un eventual recambio presidencial. Ya el proyecto de ley del Presupuesto 2014 anticipa un crecimiento de 6,2% para el año próximo.
Durante un acto en Ezeiza, Cristina Kirchner pidió “que todos pongamos el esfuerzo para que, cuando se trata un Presupuesto, se comprenda que, cuando se discuten los fondos y recursos, no son para la Presidenta sino que están diseminados a lo largo y a lo ancho del país, en obras y servicios para los 40 millones de argentinos“. El propio INDEC la contradice: el costo de este crecimiento virtual por falsear las estadísticas le costará al país una caída adicional del 10% de sus reservas internacionales -sólo en 2014- que no se traducirá en inversión e infraestructura algunas.