En los últimos tiempos la capacidad económica de la población viene reduciéndose a pasos agigantados. Esta depreciación se debe a la inflación, a la falta de ajuste en el mínimo no imponible del Impuesto a las Ganancias, a las suspensiones y recortes del horario laboral en las empresas y a la peor de las realidades: los despidos.
A pesar de esta dura realidad el gobierno nacional insiste en su intención de hacernos creer que la inflación no existe, que los salarios crecen a un ritmo superior al de los precios y que el empleo continúa estable. Sin embargo, y a pesar de las veleidades del relato oficial, las centrales de trabajadores están reclamando el otorgamiento de un bono de fin de año para compensar la pérdida del poder de compra de los trabajadores.
Las paritarias que acordaron aumentos en los salarios para el corriente año, lucen muy lejanas en el tiempo pese a no haber transcurrido más de seis u ocho meses desde el último ajuste. Ello se debe a que el actual contexto inflacionario provoca aumentos de precios que en la canasta básica rondan entre el 35% y el 40% anual.
Ante este desplome de la capacidad adquisitiva del ingreso de los trabajadores, se ha planteado la necesidad de eliminar el cobro del Impuesto a las Ganancias o la elevación del mínimo no imponible de dicho tributo para los trabajadores, con el objetivo de mejorar la situación económica de las familias argentinas. Frente a la negativa del gobierno nacional a reabrir las paritarias y realizar un ajuste al impuesto que grava el salario de los trabajadores, o directamente eliminarlo, es que muchas provincias, incluida la mía, han decidido otorgar un bono a sus trabajadores, diferenciándose cabalmente del gobierno nacional que anunció su negativa al pago de un bono de fin de año para nuestros jubilados.
San Luis puede afrontar ese pago en favor de los trabajadores puntanos gracias a que durante muchos años la administración provincial se ha destacado por mantener el equilibrio presupuestario y una gestión eficaz y eficiente de los recursos públicos. En otras palabras, las cuentas públicas de la provincia han estado ordenadas durante muchos gobiernos, sin dilapidar recursos, y ello permite suplir hoy las falencias del Estado Nacional.
Esta situación permitirá a San Luis ofrecer a los trabajadores estatales, e incluso a parte de los privados, como ser el caso de los docentes, un bono de fin de año del orden de los $2.000.
Haber mantenido y ejercido la prudencia fiscal, y un respeto presupuestario a lo largo de muchos años, ha sido la clave del éxito del proyecto provincial de San Luis, que permite actuar en los tiempos de inestabilidad y crisis económica con políticas anticiclicas. Por ello queda demostrado que gracias a una buena administración provincial, el Estado puede actuar cuando aquellos que más lo precisan así lo requieren.