Faltan tan solo nueve semanas para la definición electoral presidencial argentina. Increíblemente la doctrina Asís tiende a ratificarse: “Ganará el que se equivoque menos”. Es lamentable que este sea el camino hacia el sillón presidencial. Y mucho más si recordamos que este suelo acunó a cinco premios nobeles, y a tantos otros que aun inmerecidamente no lo alcanzaron, como Jorge Luis Borges, René Favaloro, Laureano Maradona. La degradación política es la caladura visible de la degradación social.
El análisis de los motivos por los cuales la sociedad argentina permite y naturaliza lo incorrecto es tema de otro análisis y otros especialistas. Hoy la política tiende a naturalizar, aprovechando esta “distracción social”, falsas verdades. Luego de la elección del domingo en Tucumán, se escucha decir con carácter inobjetable: “A los oficialismos no se les puede ganar”. No se les puede ganar si la gestión fue buena, o si echan mano a prácticas corruptas y mafiosas.
La semana se inauguró con un Lunes Negro mundial por la caída de las grandes bolsas. Argentina tuvo otro lunes negro por la debilidad institucional que a diario produce víctimas. Tucumán puso sobre la mesa, al igual que la muerte de Ariel Velázquez en Jujuy, que la violencia está instalada y la política la justifica. Tanto en Tucumán como en Rosario quedó también evidenciado que la libertad de expresión comienza a trastabillar. En Tucumán un camarógrafo fue brutalmente agredido. En Rosario periodistas y camarógrafos de los canales 3 y 5 fueron agredidos e intimados a retirarse con ostentación de armas en un barrio a los gritos de: “Aquí no se trabaja, ni se filma”. Los dueños de lo ilícito marcan territorio, la política no mira o llega tarde.
El titular de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti, ha manifestado: “La sociedad espera que la Justicia sea efectiva y no consagre la impunidad”. La realidad le da al Dr. Lorenzetti una posibilidad inmejorable para poder concretarlo ya.
En el caleidoscopio de esta realidad apareció Carlos Tévez, quien demostró que sabe de lo que habla. Su popularidad hizo lo demás. La lección que los dirigentes políticos deberían aprehender de Carlitos es que, para cambiar de buena fe las cosas, hay que conocerlas. Tévez no necesita gurúes, marketineros ni asesores. Sabe lo que es la pobreza. También sabe lo que es la dignidad del trabajo. No necesita botas de lluvia ni selfies de ocasión. Por esto la gente lo quiere y lo respeta.
Como se dijo la semana pasada en este juego de la oca político, nadie arriesga resultados a octubre. Es interesante ver lo que ocurre en Santa Fe como reflejo de la política nacional. El socialismo santafesino representaba, al menos en el discurso -no en su accionar en la Cámara de Giputados-, la oposición al oficialismo nacional. Hoy, con la buena performance de Omar Perotti encarnando el kirchnerismo-sciolismo, no encuentra su lugar político a tal punto de que su líder y candidato a senador Hermes Binner, en reunión partidaria, dio las directivas políticas de cara a octubre: “¡Corte y confección, muchachos!”.
Cambiemos, con el liderazgo de Mauricio Macri pero con el territorio político del radicalismo, trabaja sin ruborizarse para Macri Presidente y supuestamente para la lista de legisladores donde tiene sus intereses.
A propósito de Macri, declaró, al igual que Sergio Massa, la necesidad de abrir las urnas en Tucumán, donde la diferencia es de 14 %. ¿No hubiese sido imperioso solicitar lo mismo en Santa Fe, donde la diferencia fue de 1400 votos entre su candidato y el ganador? Carlos Reutemann comenzó a recorrer los lugares que le permitirán continuar en el Senado. No la tiene fácil, el socialismo lo agrede, los radicales tienen otros intereses y Massa tiene claro que a partir de haberlo perdido a Reutemann comenzó su declive electoral. (Massa no salió a desmentir a su candidato a gobernador Eduardo Buzzi cuando este le ofreció al socialismo sus votos y les manifestó su intención de integrar el futuro gabinete de Miguel Lifschitz.) ¿Podrá la política permitir algo más que sintonía entre el socialismo y el massismo en Santa Fe? Eduardo Buzzi se justificó diciendo que obedecía órdenes emanadas desde Tigre. El actual gobernador Bonfatti hizo público hace tiempo su voto a Daniel Scioli. Scioli elogió la conducta electoral del socialismo hace pocas horas, en el mismo momento en que pedía el reconocimiento por la clara victoria de Juan Luis Manzur. En Buenos Aires, previo a las PASO, los candidatos cruzaban acusaciones sobre pertenencias a carteles o por consumo de droga. Por estas horas, en Santa Fe, tanto Bonfatti como Reutemann se enrostran con inundados. De política ni hablar, ¿no?