Por: Sergio Abrevaya
No siempre los anhelos de un dirigente político se hacen realidad. Permítanme, estimados lectores, compartir con ustedes mi satisfacción tras haberse confirmado la realización de las elecciones Primarias Abiertas y Obligatorias de todo el progresismo de la ciudad de Buenos Aires. Varias veces desde esta columna sostuve que el desafío era aprovechar las PASO, un mecanismo novedoso de preselección de los mejores candidatos, para constituir un amplio y plural espacio de centroizquierda con potencialidad de gobernar la ciudad y la Argentina en 2015.
Finalmente, el acuerdo UNEN, que nuclea a diferentes expresiones de ese sector de la política porteña, es la gran novedad de la próximas primarias en tanto ha sido el único espacio en toda la geografía argentina que ha respetado el espíritu de auténtica participación ciudadana de las PASO previsto en la ley electoral. Sin exclusiones, dirigentes y personalidades de diversas procedencias, confiando en el criterio de selección del electorado, nos someteremos a su veredicto de modo tal que quienes se impongan representarán al progresismo en las elecciones de octubre, y a quienes les toque acompañar lo harán dando un ejemplo de conducta democrática y lealtad con el votante.
Así las cosas, en las elecciones de agosto buena parte de los porteños podrá ejercitar el derecho -que en los papeles la ley electoral le otorga a todos los argentinos- de elegir primariamente cuáles son los mejores candidatos para representar a UNEN, el gran acuerdo alcanzado por una centroizquierda democrática que va camino a aprender definitivamente a conjugar las palabras identidad y convicciones con la palabra pluralidad.
Alfonso Prat Gay y Victoria Donda -precandidatos a senadores nacionales-, Ricardo Gil Lavedra, Humberto Tumini, Soledad Gutiérrez Zaldívar y éste columnista -precandidatos a diputados nacionales- competiremos con los agrupamientos de Pino Solanas y Elisa Carrió por un lado, y con el de Rodolfo Terragno y Martín Lousteau por el otro, asumiendo todos con responsabilidad y naturalidad nuestra pertenencia a un espacio convergente con vocación de fuerza de mayorías.
Tanto por el nivel de amplitud inédito de esta confluencia que exhibe en las distintas propuestas competitivas la presencia del Frente Amplio Progresista, de la Coalición Cívica, de la UCR y de otras fuerzas y sectores independientes que nutren la diversidad de nuestro espacio, como también porque se ha evidenciado que somos el único sector político que aprovechó las PASO para dejar de lado las listas sábanas de las componendas de aparatos y los candidatos acomodaticios designados a dedo, se nos abre la oportunidad de convocar a miles y miles de ciudadanos independientes de nuestra ciudad y ofrecerles una razón para jugar un rol verdaderamente activo y decisor en las PASO de agosto, preseleccionado los candidatos de UNEN.
Tenemos, además, la posibilidad de interpelar a los que viven, disfrutan y padecen esta ciudad desde un valor intangible que nos diferencia: más allá de las frustraciones del pasado y de las opciones políticas coyunturales, los porteños somos culturalmente “progres”. Compartimos valores que nos identifican, como los de la convivencia democrática, los de la solidaridad con los más desfavorecidos, el respeto a la diversidad y a los derechos humanos en toda su acepción, y todos, padres o futuros padres, compartimos que la educación pública argentina tiene que volver a ser la fuente de la integración y de las oportunidades de vida digna para todos.
Sin embargo, si nos arrogamos el derecho político de interpelar al electorado es porque estamos dispuestos primero a interpelarnos a nosotros mismos: si hemos adquirido la mayoría de edad para poder gobernar es porque estamos en condiciones de asumir sin manuales ideológicos abstractos los problemas cotidianos del hombre común, porque, por ejemplo y para decirlo sin eufemismos, tenemos propuestas y vocación genuina de afrontar la lucha contra la inseguridad, contra las mafias de la violencia, el crimen y el narcotráfico.
Así lo han hecho todas las fuerzas plurales de centroizquierda que gobiernan o han gobernado en el mundo. Como espejos cercanos, podemos citar a la coalición que gobierna Santa Fe, que logró consolidarse gracias a mecanismos de selección popular de candidatos similares en sus efectos a las PASO. De modo análogo fue posible la unidad de la izquierda y el progresismo uruguayo en el Frente Amplio, que recorrió un largo camino haciéndose fuerte en Montevideo para luego ajustar definitivamente el sistema político de la vecina orilla imponiéndose en todo el país. En los procesos mencionados, ambas fuerzas políticas se fueron curtiendo y sofisticando como alternativas de gobierno al calor de la resolución de los problemas y dificultades vitales de la sociedad. El nuestro es el mismo camino, el de abrir nuestra agenda a la sociedad y crecer juntos.
Si compartí con ustedes en notas anteriores la propuesta de la unidad del progresismo en la ciudad mediante las PASO que hoy ya es una realidad, permítanme ahora que comparta mi aspiración de una renovación del sistema político argentino, signado por los sucesivos rejuntes, reciclajes y disfraces del PJ que nos gobierna casi ininterrumpidamente desde 1989. Un gran acuerdo nacional de la misma naturaleza de UNEN le daría estabilidad a una gran fuerza de centroizquierda a lo largo y ancho del país, aportando al mejoramiento de la calidad de la representación política para detener la calesita de la decadencia, el atraso y la pobreza. Pero vayamos paso a paso.