¿Ballottage?

Walter Schmidt

En menos de dos semanas, la oposición adquirió en tres oportunidades un impensado protagonismo mediático a expensas de la figura del candidato kirchnerista, Daniel Scioli: el fallido viaje del gobernador bonaerense a Italia en medio de las inundaciones, el asesinato de un militante radical en Jujuy y el escándalo electoral de la provincia de Tucumán.

Durante dos semanas, las voces opositoras tanto del frente Cambiemos de Mauricio Macri y del radicalismo, así como del postulante de UNA, Sergio Massa, y de la candidata de Progresistas, Margarita Stolbizer, hicieron eje en la falta de gestión en materia de inundaciones, en los manejos oscuros de la agrupación Tupac Amaru de Milagro Sala, y en la falta de transparencia de los comicios tucumanos que podrían enrarecer el proceso electoral del 25 de octubre.

Ese protagonismo tuvo su epicentro con al foto en la que aparecieron Macri, Massa y Stolbizer, reclamando transparencia. Esa reunión motivó que muchos sectores políticos y mediáticos empujaran para ver si finalmente se traducía en un acuerdo electoral, algo que finalmente no ocurrió. Esa “presión” para que hubiera un acuerdo se traduce en una “necesidad”, una “carencia” en la oposición, ante la posibilidad de que el Frente para la Victoria triunfe en primera vuelta.

La posibilidad de que Scioli alcance el 45 por ciento de los votos necesario para ser Presidente es cierta, tanto para los operadores macristas como para los radicales. Una encuesta de las últimas horas publicada por el diario Clarín, realizada entre el 20 y el 26 de agosto refleja que pese a las dos semanas de “furia” sufridas por Scioli, el candidato del oficialismo va a la cabeza con el 39,3% de intención de voto, seguido por Macri con 31,2, Massa 18,3 y Stolbizer 4,4. Scioli aventaja por algo mas de 8 puntos, después de todo lo que ocurrió.

Por eso se observa que tanto Macri como Massa apuestan todo a ir al ballottage que, de celebrarse, sería una inyección importante para el antikirchnerismo. Sin embargo se advierte que poco está haciendo esa misma oposición para evitar que Scioli triunfe en primera vuelta, objetivo del que quedó en las PASO del 9 de Agosto, a poco mas de 6 puntos. Nada mas.

Se comprende entonces el optimismo reinante en el bunker que el sciolismo tiene a pocos pasos de la Casa Rosada. Desde allí, apuntan básicamente a dos distritos: Provincia de Buenos Aires y Córdoba.

“En provincia ya estamos en 42 y tenemos que trabajar duro para ir por los 45 puntos”, sostiene un operador sciolista, acerca del territorio bonaerense donde Scioli obtuvo el 39,5%. Argumentan que las inundaciones impidieron ir a votar a miles de bonaerenses y, seguros que los que no fueron, pese a la catástrofe, votarán por el Frente para la Victoria, ponen como ejemplo Almirante Brown donde no pusieron el sobre en la urna unas 40 mil personas.

Además, consideran que en octubre todos los intendentes jugarán para Scioli. Opinan que la interna Aníbal Fernández-Julián Domínguez los distrajo, pero que “a ninguno le conviene reelegir en el municipio pero que el presidente sea Macri o la gobernadora Vidal”.

Mientras, en Córdoba, territorio delasotista, los sciolistas tienen la esperanza de sacar unos 3 puntos mas. “Estamos conversando con muchos intendentes peronistas, que responden a De la Sota, pero que ven que pueden perder sus municipios con el macrismo si van con Massa. En cambio con Scioli pueden retenerlos”, describen las fuentes.

Esa performance en territorios bonaerense y cordobés, sumado a la meta de mejorar algún punto en la Ciudad de Buenos Aires y en Santa Fe, alimentan la fantasía peronista.

“Es increíble lo que hace la oposición, fortalece a Macri pero también a Massa, en lugar de un acuerdo donde sumen Macri, Felipe Sola en la provincia y así sucesivamente. Así, divididos, nos sirve a nosotros”, razona un experimentado dirigente del PJ.

Por ahora, la oposición seguirá sin cambios. Macri retomará la recorrida por el interior del país, Massa ya volvió a diferenciarse de su a veces “socio” y a veces “enemigo” Jefe de gobierno porteño. Y Stolbizer tratando de recoger radicales descontentos con Macri y progresistas poco entusiasmados con Massa.

Por lo pronto, la misma encuesta sostiene que un 58 por ciento de los consultados está de acuerdo con cambio y continuidad del modelo de gobierno (30,9%) o directamente profundización (27,9%). Sólo el 39 por ciento pretende un “cambio completo”.