¿Hay plan económico para cortar el ciclo vicioso?

Mariano Carpineti

Desde que tengo memoria, observo que en la economía argentina, hay un ciclo vicioso que se da sin que se le encuentre una solución práctica. La Argentina financia y financió su déficit fiscal con emisión monetaria, generando atrasos cambiarios periódicos y como solución a este problema se devalúa el tipo de cambio con la finalidad de restablecer los equilibrios macroeconómicos.

Este proceso perverso de la economía argentina es un ciclo que no logra ser aprendido por los diferentes dirigentes políticos que han pasado por el Poder Ejecutivo que, continuamente, lo repiten sin dar cuenta del costo que esto significa para el país.

Si observamos la situación actual, encontramos que este “círculo vicioso” se está dando nuevamente. De hecho, en enero del corriente, cuando el BCRA devaluó, muchos sectores económicos festejaron con la convicción que éste era el camino para recuperar el atraso que el tipo de cambio tenía. Pero como quien no hubiera aprendido de los errores pasados, se vuelve a caer en el mismo error y se financia el déficit fiscal con otra emisión monetaria que lleva a que el actual tipo de cambio vuelva a estar atrasado, lo que complica la económica actual.

A esta coyuntura interna de emisión monetaria y atraso cambiario, se suma una fuerte restricción externa. Por un lado, queda claro que los holdouts son un dilema relevante, a pesar de que originalmente el Gobierno dijo que no lo era o intentó minimizar el tema. Por otro lado, la caída en el precio de la soja que se registra en los mercados internacionales, y la caída en las exportaciones de las mismas, restringen aun más la entrada de dólares al país. Cabe recordar, que la economía Argentina es fuertemente dependiente de este commodity.

Entonces, ¿Cómo se puede salir de este ciclo vicioso que, a lo largo de la historia, el país sufre y ha sufrido?

Lo primero que hay que hacer, es cambiar las expectativas que el ciudadano tiene acerca del rumbo de la economía. Esto implicaría un plan antiinflacionario coherente, un fuerte control sobre el gasto y sobre todo, mostrar una fuerte voluntad de retomar el camino correcto. Esto no sólo significaría una mejora para la gente, sino que generaría menos costos para la industria. La Argentina tiene una historia muy fuerte en temas inflacionarios y sigue en el camino equivocado, sigue en la vereda de enfrente; como si no considerara su propia historia y tropezara siempre con la misma piedra.

En segundo lugar, el gobierno necesita conseguir dólares que le permita relajar el mercado cambiario y que permita financiar la importación de insumos claves para la industria nacional. Esto es necesario, ya que la macroeconomía tradicionalmente trabaja mal cuando la brecha entre el tipo de cambio oficial y el Blue es superior al 60 %. Esto es algo que ya sucede, con lo que la economía necesita suavizar el mercado cambiario inmediatamente. En este sentido, encuentro dos caminos posibles.

El primero de estos caminos es el de solucionar el problema con los holdouts una vez que las RUFO (Rights Upon Future Offers) caigan en enero de 2015. Esto le permitiría recuperar un camino que meses atrás el gobierno tenía cuando acordó con el Club de Paris y con Repsol. Este camino, que es el de realizar una colocación de deuda, le daría a la economía nacional un respiro.

La segunda opción, de no querer asumir el costo político de arreglar con los holdouts, se podría tantear qué ocurre con otros mercados internacionales, que estén por fuera de la jurisdicción de Nueva York. Lo que habría que tener en cuenta en este caso, es ver cuál es la tasa a la que se colocaría y cuánto es el máximo que estos mercados están dispuestos a prestarle a la Argentina, considerado un país riesgoso y en mercados no tradicionales.

Para finalizar, cabe resaltar que, de elegir la estrategia que se elija, lo que se necesita es tener un plan económico coherente y previsible, con objetivos claros, que le permita a los individuos y a los mercados entender fácilmente el rumbo que la economía tomará. El plan económico debe tener en cuenta, de inmediato, los principales problemas que la economía nacional tiene, un crecimiento sistemático de la brecha cambiaria, alimentada por una fuerte emisión monetaria y una inflación que parece no tener techo.