Por: Ruben Ullúa
El próximo jueves se sabrá finalmente si la Reserva Federal de Estados Unidos decide tocar al alza la tasa de interés, quizás en 25 puntos básicos, o si, por el contrario, prefiere mantenerla en los niveles actuales, al entender que no sería el momento oportuno, teniendo en cuenta los últimos acontecimientos de volatilidad que sufrieron los mercado financieros del mundo, impulsados por la crisis China.
Por este motivo, los mercados del mundo están expectantes, ya que esta decisión de la FED sería determinante para lo que puede venir en las próximas semanas e incluso en los próximos meses.
Sin embargo, la pregunta que surge: ¿Qué tanto dicha decisión ya no se encuentra descontada en los precios?
Si bien en las últimas semanas se redujo el consenso de analistas que veían una suba de tasa para la reunión de este mes de septiembre, justamente entendiendo que la FED asumirá que no es oportuno comenzar a subir los tipos de interés en este momento, ya que podría agudizar el nerviosismo reinante de las últimas semanas en los mercados financieros, el no hacerlo, por otro lado, sería de algún modo avalar que la situación mundial es compleja y difícil. Es aquí donde se presenta el principal dilema.
Al momento, las opiniones son repartidas y los consensos están divididos, por lo cual la incertidumbre se incrementa. ¿Qué hacer en un contexto de estas características?
Desde nuestra lectura, entendemos que más allá de la volatilidad que ha mostrado el mercado en las últimas semanas, este viene ya desde hace un largo tiempo descontando que la FED comenzará la suba de tasa en la presente reunión, por lo cual es también de esperar que mucho de la decisión ya se encuentre en los precios. Sin embargo, que ello ocurra, es decir que la FED comience con la suba de tasas, no necesariamente debería ser tomado a mal por el mercado.
En efecto, si nos retrotraemos al último período de subas de tasa por parte de la FED, entre los años 2003 y los años 2006, donde la tasa pasó del 1 % a niveles de 5,25 %, toda esa política fue acompañada por suba de bolsa, debilidad del dólar, suba de commodities y suba de emergentes, justamente lo contrario a lo que el mercado entiende que debería pasar ante políticas de estas características. Si bien muchos sostienen que las condiciones de mercado actualmente son diferentes, desde nuestra lectura creemos que hacer este tipo de lineamientos no siempre nos lleva a lo correcto y por ello sugerimos elevar los niveles de atención.
Actualmente muchos analistas afirman que una subida del tipo de interés impactará fortaleciendo el precio del dólar y ello se trasladará a una mayor presión vendedora para mercado de commodities, deteriorando aún más la situación en los emergentes. Desde nuestra lectura, entendemos que todo esto ya pasó en los últimos años y que la decisión de la FED no necesariamente termina acentuando esa tendencia, sino que quizás simplemente actúe como “frutilla de la torta” y que, por lo tanto, los mercados podrían terminar respondiendo una vez más de manera contraria al consenso general.
Es decir, desde nuestra lectura, hablar hoy de más suba del dólar, de más baja de commodities y más crisis en emergentes no es ni más ni menos que decir lo que ya pasó y, por lo tanto, hasta puede resultar un diagnóstico tardío.
De hecho, desde lo técnico, más allá de la decisión de la FED, y aun cuando esta decida subir la tasa, el dólar ya se encuentra en su fase final del ciclo alcista, por lo cual hay muy poco para ganarle para arriba. Por su parte, los commodities estarían consolidando pisos luego de años muy duros y es de esperar que al menos hacia el próximo año corriente intenten comenzar a recuperar terreno. Finalmente, de la mano de una recuperación de los commodities, también es de esperar que los emergentes enfrenten soportes de importancia y por lo tanto intenten escalar posiciones hacia el próximo año 2016.
En relación con lo comentado, definitivamente, no creemos que la decisión que pueda tomar la FED el próximo jueves sea determinante, por el contrario, sería un dato más. Por ello, no será para nosotros importante lo que haga el mercado el próximo jueves o el viernes, donde seguramente las emociones de comprados y vendidos se encuentren a flor de piel, sino que lo importante muy posiblemente comience a pasar a partir de la próxima semana, cuando la decisión haya sido absorbida por el mercado y a partir de ello los operadores comiencen el armado o el desarme de sus carteras de inversión.
Recuerden, los mercados aman castigar consensos y creemos que esta vez no necesariamente tiene que ser la excepción.